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En España el respeto es revolucionario. Fernando de los Ríos.

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EL DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL. DINÁMICA MILITAR.


La sublevación militar del 18 de julio provocó, en un primer momento, la división de España en dos zonas: una controlada por los rebeldes y otra por el gobierno de la República.
Rebeldes. Controlaban Canarias, protectorado marroquí, Cáceres, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Galicia, la isla de Mallorca y la costa desde Cádiz al estrecho de Gibraltar. Además, entre los sublevados reencontraban casi todas las fuerzas armadas, incluido el ejército de África, que llevó a cabo operaciones clave en la guerra, y los altos mandos.
Republicanos. Dominaron el resto del país, es decir, las principales zonas industriales (Cataluña y la franja cantábrica) y grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. Además poseía todo el oro del Banco de España y el control de las fuerzas aéreas y navales que, posteriormente, resultaron poco eficaces.



3.1. La marcha hacia Madrid: la guerra de columnas (julio-noviembre de 1936).
En el verano de 19336 se produjo una acusada expansión de las fuerzas rebeldes, que llegaron a ocupar aproximadamente la mitad del territorio a finales de año.
Esta primera etapa de la guerra transcurrió entre el desencadenamiento de las operaciones y el fracaso de los sublevados en su intento de tomar Madrid, objetivo primordial. Es la fase llamada “miliciana”, ya que las tropas republicanas estaban compuestas por milicias políticas voluntarias de partidos y sindicatos de izquierdas. 
Por el sur→ Queipo de Llano controlaba Sevilla, Córdoba, Ronda, Granada. Después de cruzar el estrecho (5 de agosto) con un puente aéreo con ayuda italiana, las tropas rebeldes de África lideradas por Franco ocuparon Extremadura y consiguieron enlazar con la zona sublevada del norte tras tomar Badajoz (14 de agosto, fuerte represión contra los republicanos). 16 agosto entrevista Franco-Mola. 
El avance hacia Madrid (Talavera 3 septiembre) se detuvo por el empeño de Franco de tomar antes Toledo para ayudar a los que resistían en el Alcázar bajo las órdenes de Moscardó (27 de septiembre), un éxito político y un fracaso militar que permitió la llegada de refuerzos y material a Madrid. El 2 de octubre comienzan los bombardeos de los sublevados sobre Madrid, el 10 Franco es elegido Generalísimo y jefe del Estado de la España golpista.
Por su parte, por el norte→ el avance desde Navarra se dirigió simultáneamente hacia el País Vasco, ocupando Irún (4 septiembre) y San Sebastián (13 de septiembre), y hacia Madrid por Somosierra Los rebeldes tomaron Irún y San Sebastián (13 de  septiembre) al mando de Mola.
En el frente de Aragón (frente este), la ofensiva que las columnas anarquistas, del POUM y de efectivos dispersos del ejército lanzaron desde Barcelona sobre Aragón quedo abortada. Los rebeldes controlaban las tres capitales: Zaragoza, Huesca y Teruel. De igual modo el intento de recuperar Mallorca fracasó. 





3.2. Las batallas por Madrid. “No pasarán”. Málaga.  
A finales de octubre las tropas de Franco se hallan a las puertas de Madrid y se inicia la ofensiva. El 6 de noviembre el gobierno republicano abandona Madrid y se traslada a Valencia dejando una Junta de Defensa de Madrid dirigida por el general José Miaja. La superioridad militar de los rebeldes (apoyo aviación alemana) hace pensar la pronta caída de Madrid, pero Madrid resiste, el dispositivo del teniente Vicente Rojo (jefe del Estado Mayor), la organización de los sindicatos, los partidos y el pueblo de Madrid sumada a la llegada de los primeros carros soviéticos, las primeras Brigadas Internacionales y la columna anarcosindicalista  de Durruti hacen que Franco, un militar africanista de poca capacidad estratégica, únicamente sabe hacer guerra de columnas, se tope constantemente contra la resistencia (batallas en la Ciudad Universitaria, Casa de Campo y Puente de los Franceses) hasta que decida variar de estrategia (diciembre) intentando cercar la ciudad con una ofensiva por los flancos:
- Norte. Frente en Somosierra.
- Noroeste: consiguen cortar la carretera de la Coruña.



- Este. Batalla del Jarama (febrero de 1937) Ataque sobre el Jarama para intentar cortar la carretera de Valencia. Tras 20.000 bajas, los sublevados lograron atravesar el río sin afianzar la posición; mientras que los republicanos tampoco ganaron territorio, aunque detuvieron el avance hacia Madrid y salvaron la carretera de Valencia. 





- Noreste. Batalla de Guadalajara (marzo de 1937), el ejército italiano sufrió una derrota a manos del nuevo Ejército Popular de la República, que se incautó de material de guerra. Fue la primera gran victoria republicana. Franco tuvo que abandonar la batalla de Madrid.




Al mismo tiempo, el frente andaluz se reducía con el intenso bombardeo de la Legión Condor y la Aviazione Legionaria más las tropas de Queipo de Llano en Málaga en febrero de 1937. La represión fue brutal: 3.500 personas fusiladas sin juicio previo.
3.3. El frente norte (abril-octubre de 1937). Brunete y Belchite.
Tras su fracaso con Madrid Franco llevó la guerra a otros escenarios como la franja cantábrica, controlada por los republicanos. El primer objetivo fue el País Vasco, la campaña de Vizcaya se inicia el 31 de marzo, el 26 de abril se producía el bombardeo de Guernica por tropas nazis, inmortalizado en la obra de Picasso. Poco después Mola muere en un accidente (3 junio) y  Bilbao  cae el 19 junio sin que su fuerte industria sufriera daños, clave para potenciar al ejército sublevado.
La República, para aliviar la presión militar sobre el norte, abrió un nuevo frente con la batalla de Brunete (Madrid, 5-23 julio)  y la de Belchite (Zaragoza, 24 agosto-3 septiembre). Estas ofensivas no evitaron que los sublevados conquistaran Santander (26 agosto) y Avilés y Gijón (1 septiembre-21 octubre).terminaran la conquista del norte en octubre del 1937, lo que  permitió que una zona industrial y minera de primera importancia pasase a manos de los sublevados.



3.4. El frente este: Ofensiva sobre Teruel, avance hacia el Mediterráneo y batalla del Ebro (diciembre de 1937-noviembre de 1938).
Tomado el norte, la idea de atacar intensamente Madrid volvió a estar presente en la estrategia militar de Franco. Pero el ejército republicano tomó la iniciativa y a finales de 1937 se apoderó de Teruel (8 enero 1938). Franco, en plena consolidación de su poder, tenía otra ocasión para alargar la guerra y asentar su liderazgo, de nuevo en lugar de Madrid ordenó una contraofensiva para reconquistar la ciudad (5-22 de febrero). Fue una de las batallas más crueles, de nuevo la superioridad artillera y de aviación del ejército sublevado fue decisiva. Para la República fue un duro golpe, el gobierno empieza a dividirse (Prieto dimite de Ministro de Defensa Nacional).
Franco optó por una ofensiva general en el frente de Aragón y, atravesando el Maestrazgo, llegó al Mediterráneo en Vinaroz (Castellón) en abril (13 abril). Por su parte, los avances en el frente de Aragón son importantes, el 3 de abril cayó Lérida. El territorio republicano volvía a estar dividido en dos zonas. En esta situación, de nuevo, Franco podía haber atacado Barcelona, con garantías francesas de no tomar ninguna reacción, sin embargo, de nuevo, opta por la guerra larga, Madrid y Barcelona para el final, quiere consolidar su poder político, se decide por abrir otro frente en levante, desde mayo de 1938, las tropas franquistas se dirigen a Valencia, al igual que en Madrid, Franco fracasa.

El 25 de junio Negrín decidió desencadenar una ofensiva en el Ebro para reducir la presión sobre Valencia y alargar el conflicto en espera de la guerra en Europa. El general Vicente Rojo, empleando todos sus recursos, se lanza sobre la retaguardia del ejército sublevado cruzando el río Ebro, la ofensiva no prosperó, sin embargo, a pesar de la inferioridad militar del ejército republicano se mantuvo el frente durante cuatro meses (julio-noviembre 1938), la batalla fue de las más cruentas con 30.000 bajas franquistas y el doble republicanas, esta batalla de desgaste agotó al ejercito republicano.


La batalla del Ebro tuvo otro frente: el diplomático. Tras la ocupación de los Sudetes por Hitler, Juan Negrín, intentó convencer a las democracias de crear un frente común contra el fascismo. Los Acuerdos de Múnich entre Chamberlain (Inglaterra), Daladier (Francia) y la Alemania nazi sobre esta cuestión se firmo el 30 de septiembre, se mantenía la política de apaciguamiento, lo que suponía desahuciar a la República, en menos de una año estallaría la II G. Mundial, pero por entonces Negrín estaría en el exilio y Franco en Madrid, no obstante, ahora sería Londres la que recibiría los bombardeos alemanes.  

3.5. La caída de Cataluña y el fin de la guerra (diciembre de 1938-abril de 1939).

Tras la victoria del Ebro se produjo la ofensiva franquista sobre Cataluña, defendida por un ejército maltrecho (220.000 soldados) y desmoralizado frente a un ejército de 300.000 hombres experimentados y medios. Barcelona empieza a sufrir bombardeos diarios. El 26 de enero de 1939 entraron en Barcelona, el 4 cae Girona. 500.00 personas (incluido Azaña y los gobiernos de la República y la Generalitat se exilian a Francia). Negrín se exilia pero regresa en enero de 1939, todavía le quedaba a la República el Ejército del Centro, Extremadura y Levante con 500.000 soldados y la base naval de Cartagena.
Paralelamente se produjo en Madrid una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Casado (jefe del Ejército del Centro) al creer que la influencia de los comunistas en la República era la causa de la prolongación de la guerra y que sería posible terminarla mediante una rendición pactada. Tras una dura lucha con las unidades comunistas, logró controlar Madrid.
Sin embargo, Franco no aceptó condición alguna para la rendición. El 28 de marzo entraba en Madrid sin apenas lucha y en los días posteriores se ocupó toda la zona mediterránea. El 1 de abril, Franco firmó el último parte de guerra donde comunicaba su finalización. 

3.6. No es la paz, es la Victoria.

El 1 de abril de 1939, treinta y tres meses después de la sublevación militar, Franco, que se encontraba levemente enfermo de faringitis, escribió de su propia mano el último parte de guerra: “En el día de hoy, cautivo y derrotado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”. Pero la paz no llegó, solamente la victoria. La represión hacia los vencidos fue duradera y extremadamente violenta, al igual que lo había sido durante el conflicto, el estado de guerra se mantuvo hasta 1949 y la Ley de Responsabilidad Políticas condenaba de forma retroactiva desde 1934 llevándose a cabo una sistemática represión. Dentro de esa violencia, aunque no fue la peor, estaba la violencia simbólica, los pueblos se llenaron de monumentos a los mártires de la cruzada por Dios y por España, había que hacer saber a la anti-España quienes eran los vencedores. La victoria en la Guerra Civil fue el fundamento de la dictadura de Franco, una dictadura jamás legitimada por el pueblo que tuvo siempre en el “glorioso alzamiento” su razón de ser.
Dos semanas después, el 15 de abril de 1939, Hitler invadía Checoslovaquia, burlando los acuerdos que había firmado en Múnich con Francia y Gran Bretaña. Las dos potencias se apresuraron a establecer pactos de alianza con Polonia, garantizándole su ayuda militar en caso de agresión. Hitler invadía Polonia el 1 de septiembre, a los cinco meses de terminar la Guerra Civil española. Negrín había calculado que la República había podido defenderse todavía durante seis meses más y la Segunda Guerra Mundial estalló a los cinco. 

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